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Reflexiones y cortos Literarios y Jurídicos. Por Antonio J. Lora

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miércoles, 12 de julio de 2023

La Rueda Infinita

 La Rueda Infinita


Nos encontramos inmersos en una rueda infinita; un viaje circular cuyo supervisor invisible nos invita a apearnos, sin previo aviso, en una de las estaciones hacia el silencio, y el perturbador camino del misterio; del misterio y también del destino.


Un viaje tan fugaz como intenso; un flujo constante, un torrente implacable que parece arrastrar cada instante hacia el olvido; y es en esa fugacidad del tiempo donde yace la esencia misma de la vida humana. 


Así es, un viaje llamado vida; un escenario efímero donde el amor y la pasión encuentran su cuna y su destino. 


Amor, pasión, tiempo… sin orden, revueltos.


Así, el tiempo, ese enemigo sutil que nos acecha infame, incansable, incorruptible; juez del destino, y también del sentido de las cosas; maestro sabio que, con su experiencia eterna, nos enseña que el amor y la pasión solo pueden florecer en el presente… Que el ayer se desvanece, y el mañana es un incierto velo que nos niega certezas, y termina arrastrado por la corriente; recordando, entre susurros, que solo el ahora nos brinda la oportunidad diaria de la plenitud inquebrantable.


El amor, esa amalgama de emociones y deseos entrelazados, capaz de desafiar al propio tiempo y trascender a las barreras del sentido de las cosas, y también del destino. Ese amor que grita, que no huye, ni se escapa como un suspiro efímero, o la arena entre los dedos; una risa eterna grabada en el cosmos; Un fuego que arde intenso, que juega burlón frente al propio tiempo, que implacable erosiona el sentir y avanza alevoso hacia el blanco y sutil silencio.


La pasión, ay amigo!, la pasión. Llama ardiente que consume y embriaga; a menudo disfrazada de amor. Es un torrente de emociones que arrastra y nos llena de vida. Un destello en la oscuridad, un fogonazo de energía que ilumina el alma y nos hace sentir vivos con el agitado combustible de los sentidos.


Amor, pasión, tiempo… cómplices enemigos, tercos amantes que flirtean, conjuran y se sostienen en una obra mezcla de tragicomedia y humor negro. 

Desde el escenario amor y pasión, combinados, desafían osados la implacable cadencia del tiempo; generando, entrelazados, una energía transformadora capaz de trascender la fugacidad de los segundos, los minutos y las horas, en un instante eterno, un espacio atemporal, ajenos a la enmarañada red tejida con cirujana precisión para nosotros.

Mientras tanto, entre bambalinas, el tiempo seguirá su marcha inexorable, borrando los rastros de nuestro paso por este mundo; ajeno e incauto a los envites que desafían su tiranía, en la búsqueda constante por encontrar un sentido profundo a la existencia.


Así, en ese púlpito, tras el engranaje del tiempo fugaz, amor y la pasión se convierten en faros iluminadores del camino. Avisadores nos recuerdan que, aunque efímero, cada instante tiene el potencial de ser una obra maestra de emociones intensas y vivencias inolvidables; vociferan que amar y vivir con pasión es nuestra respuesta al desafío del tiempo. Es nuestro tributo a la vida y nuestra forma de trascender la fugacidad de nuestra existencia finita. En cada latido del corazón y en cada chispa de pasión, nos revelamos como seres conscientes, inconformistas y capaces de amar más allá de las limitaciones temporales.


Esa rueda infinita donde tiempo, amor y vida se entrelazan como hilos de una misma trama. Nos invitan a saborear cada instante, a amar con intensidad y a vivir con una pasión inextinguible e inexorable. En este escenario efímero y maravilloso, en el que cada uno somos los protagonistas de nuestra propia historia, del  viaje donde la casualidad del cosmos decidió subirnos sin permiso; un regalo de vida, de descubrimiento, de disfrute y amor en presente; un hermoso lienzo donde escribir los capítulos más apasionantes de nuestra existencia.